lunes, 25 de junio de 2007

Que piensan los alumnos

ESTADO DE LA ENSEÑANZA UNIVERSITARIA Y LINEAS DE MEJORA, SEGUN LOS ALUMNOS (CLIENTES)

Planteamiento inicial:

El primer día de clase y después de una autopresentación del profesor. Sin hablar nada de la materia, ni por supuesto, de las formas de enseñanza, se plantearon a los alumnos dos preguntas, para que las hicieran en casa y de forma anónima. Estaban en clase aproximadamente unos cincuenta alumnos. Contestaron por escrito y devolviendo sus respuestas un total de 39 alumnos de quinto curso de Ciencias Políticas. Estimo que el nivel de contestación es muy alto, dado que la tarea fue planteada como voluntaria, como parte de una investigación, y anónima.

Se plantearon dos preguntas abiertas: )¿cómo habéis vivido la enseñanza universitaria? (cuál es su estado, según vuestra opinión y vuestra experiencia), y ¿)cuales podrían ser las líneas de mejora de la situación actual?.

Visión global de los resultados:

Dos consideraciones generales:

Primera, los alumnos han escrito más sobre el estado de la cuestión, según su punto de vista, que de las líneas de mejora. La mayoría no han buscado o no saben buscar salidas, pero sí conocen los problemas, y a veces en dicha detección y por negación aparecen las posibles salidas.

Segunda, se dan una serie de coincidencias en los resultados, centrados básicamente en la falta de practicidad de las enseñanzas universitarias. Quizás esto está influenciado parcialmente por el hecho de ser alumnos de quinto curso y tener "a las puertas" la necesidad de entrar en el mercado de trabajo y sentirse en parte desamparados con lo que han aprendido hasta ahora. Por lo menos en treinta respuestas se plantea el tema del exceso de teoría y de la falta de práctica o también de contacto con el "mundo laboral" o "real".
¿Cómo valoran el tiempo invertido?

En general, las respuestas son negativas y dan el "tono general de los clientes", de los alumnos:

"decepcionante", "inadecuada", "teórica", "formal", "estancada", "sin práctica", "poco participativa", "mala", "un insulto", "anónima", "burocrática", "subjetivista", "desilusionante", "estoy peor que cuando entré", "distante", "monótona", "ineficaz", "nada práctica", "pérdida de interés", "un tumulto de asignaturas", "carrera de obstáculos", "apenas existe", "un fracaso", "una frustración", "mal organizada", "se obtienen pocos conocimientos", "vaguería y falta de ganas de trabajar y de aprender", "estancamiento", "lejana", "de clases pasivas", "he perdido una gran parte del tiempo", "temas repetidos que sólo cambian de nombre", "no he aprendido prácticamente nada", "conocimientos teóricos que terminan por olvidarse", "temas que ya han quedado desfasados", "bastante regular", "muchas asignaturas y no sabemos muy bien para que nos van a servir en el futuro", "el nivel es muy bajo", etc.

Los paliativos a la decepcionante situación actual, son inmediatamente rectificados con añadidos que tienden a enfatizar nuevamente en que la experiencia no ha sido muy satisfactoria.

Por tanto, los alumnos piensan que las cosas no han ido como esperaban: "hay una gran distancia entre ilusiones (expectativas) y el tipo de educación que en aquél entonces (en primer año) empezamos a recibir". Hay, pues, un gran desfase entre las expectativas iniciales y lo que se han encontrado. Y eso desde el primer año.

Consecuencias de todo esto (para los alumnos)

La primera consecuencia es de tipo inmediato:

- pasividad ("donde escuchas, tomas apuntes si quieres y te
marchas tan tranquilo"),

- resignación, falta de profesionalidad y de rebeldía ("nos
aguantamos, nos callamos"),

- desmotivación (de profesores y de alumnos),

- conflicto ("siempre chocamos con el profesor postrado en la
tarima, soltando el discurso y pidiendo a final de curso que le
repitan su desarrollo"),

- desigualdad de oportunidades ("los exámenes no garantizan la
igualdad"),

- melancolía ("aunque ya es tarde para nosotros, espero que los
que nos sigan tengan más suerte"),
- desamparo ("no he adquirido suficientes conocimientos para
enfrentarme a la vida laboral"),

- aleatoriedad ("el alumno depende cada año de la suerte que
haya tenido en la elección de sus profesores"),

- supeditación ("no participamos ni nos consultan sobre las reglas
del juego"), etc. etc.

La segunda consecuencia es que ante esta situación sólo quedan dos caminos: o nos adaptamos o nos rebelamos. La opción de adaptarnos va cobrando cuerpo según se avanza en los años de carrera ("los alumnos estamos acostumbrados a que se nos dé casi todo hecho y no tenemos una gran preocupación por aprender más allá de lo necesario para aprobar o sacar la nota que deseamos", "ahora que en quinto hay que elegir dos asignaturas optativas, lo único que nos interesa es que se apruebe 'fácil' con un determinado profesor"), la opción de rebelarse está coartada por el sistema de exámenes, nuevamente punitivo y homogeneizador, es decir, autoritario.

Los que sobreviven a este proceso darwiniano están mal adaptados, "con mal sabor de boca" ("me parece que tan sólo aprovechamos el 50% de posibilidades", "desgraciadamente, no nos rebelamos contra un sistema en el que el profesor habla y los alumnos escuchan"); entre los que sobreviven hay muchos que piensan que todo lo que han aprendido es por su propio esfuerzo y a pesar de la enseñanza que les han impartido ("te enseñas a ti mismo, a ser más reflexivo, más cauto, también haces buenos amigos", "aprendes muchas cosas, pero tú solito y con tus compañeros..", "creo que cuando salga de la universidad no sabré hacer la 'o' con un canuto y toda la información que metí en mi cabeza a trompicones se habrá disuelto y nada quedará", "aprender se aprende, pero la mayoría de las veces es uno mismo el que tiene que formarse"); y no sabemos nada de los que no sobreviven, que son muchos.
Reconocerán Uds. que muchas cosas se ven por los alumnos de forma similar a lo que muchos profesores pensamos. Vayamos ahora con los profesores y con los sistemas de exámenes.

Los profesores y los exámenes

Los profesores o son responsables de lo que pasa o son corresponsables, o son lo único salvable de este sistema, cuando son cercanos, profesionales y tienen realmente conocimientos de lo que explican.

Oferta desfasada o rutinaria

* Los profesores ofertan teoría e "historia", lejanas a la cotidianeidad, a lo actual, "que no tienen sentido".

* Enseñan por "rutina, de una forma cómoda para ellos e incómoda y quizás inservible para los alumnos" ("nos encontramos con temarios de profesores que se repiten año tras año -como sus preguntas de los exámenes en algunos casos-sin que añadan nada nuevo, aunque los cambios que se van produciendo afecten a su materia").

"Cada maestrillo, su librillo"

* "Cada uno de los profesores tiene su propio método de enseñanza que cree el mejor".

* "Una de las cuestiones que creo que han influido es la forma en la que se imparten las clases, las cuales además de estar masificadas en los primeros años, resultan poco participativas; además de estar sólo enfocadas a la copia de apuntes, lo cuales se convierten en la base (poco fiable) de la carrera".

* "Los profesores en muchos casos llegan a clase con un temario preparado de antemano. Lo exponen, pero muchas veces no lo explican".

Alumno anónimo

* "Los profesores se olvidan demasiado pronto de que han sido alumnos. Sentirte como un número o un expediente durante cinco años no es muy esperanzador".

Buenos y malos profesores
* "Aquí los buenos profesores los puedo contar con la palma de mi mano y eso es una pena; los demás o te tratan como si no les llegáramos a la suela de los zapatos o simplemente te dictan un rollo que yo creo que a veces ni siquiera tiene importancia".

* "He conocido profesores que no te enseñan absolutamente nada; otros a los cuales has de conocer perfectamente para aprobar no la asignatura, sino las manías y pruebas a las que te someten considerando que ésa es la única forma de camino para el aprendizaje; por otro lado, conoces a aquellos otros que consideran que la única forma posible de aprender es atiborrándote a trabajos y lecturas. En definitiva, podría destacar durante toda mi carrera a un par de profesores que realmente merezcan la pena".

* "De todos modos existen 10 ó 12 profesores que pueden pasar la criba de la docencia" "ha habido dos o tres profesores a los que realmente he admirado".

"Han sido muy pocos los profesores que he tenido que han logrado que la asignatura te llegase a interesar y a gustar; el resto se limitaba a soltar su 'rollo' en clase y punto"

Evaluación y exámenes

* "Los profesores se empeñan en evaluar. Todo un año en base a uno o dos exámenes, ...." "Se dan muchas injusticias, no sólo porque te puedan corregir un examen mejor o peor, sino también porque al terminar las notas son todas iguales, independientemente del profesor que se haya tenido. No es lo mismo sacar un notable con un profesor que te haya hecho trabajar, que un notable con un profesor de los que prácticamente regalan las notas"."Sinceramente no reconocería un examen de cursos pasados"

Relación profesor-alumno

* "He encontrado muy poco contacto entre alumnos y profesores, salvo alguna escasa excepción".

Líneas de mejora:

Saber el por qué y el sentido práctico

* "Que nos enseñen a saber para y como utilizar esos conocimientos, no aprender de golpe a la salida de la universidad".
* "En mi opinión, las clases prácticas, además de ser entretenidas, se aprenden mejor las cosas, es decir, lo que aprendes no lo olvidas, además de aprender a pensar por uno mismo"

* "Debería ser más realista" "Las clases deberían ser más prácticas, aprenderíamos mucho más".

* "Estoy a favor de tener asignaturas prácticas, puesto que la teoría puede aprenderse en la Biblioteca, si el profesor se preocupa de recomendar una bibliografía práctica y factible"

* "La universidad necesita más práctica y menos teoría" "Las cosas se aprenden si se hacen o se ve hacerlas". "Tratar temas de actualidad"

"Clases más prácticas, porque uno se queda en las teorías, las aprende como un loco y al curso siguiente ya no se acuerda ni de la mitad"

Otra forma de trabajar (más práctica y más profesional)

"Más lecturas interesantes y debates constructivos y menos formalismos y pruebas en forma de examen"

"El profesor sería el encargado de dirigir debates, intercambios de opinión, etc."

"Realizar seminarios de apoyo, en los cuales se trabajara de forma más participativa, por parte de los alumnos, y de manera mucho más personal, ya que otra de las cuestiones que no me gusta es ese carácter impersonal entre el profesor y el alumno"

"Homogeneizar, en principio, y al menos, los programas de las asignaturas, y después el tipo de enseñanza"

"Debería haber más diálogos, temas de discusión, debates, temas en conjunto que redundarían en una identificación con la asignatura en cuestión y beneficiaría tanto al profesor como al alumnado".

"Reducción de las clases pasivas, donde escuchas ...... "

"Tendría que ser una enseñanza más dinámica, con prácticas; mediante las cuales aprendiésemos la aplicación de lo 'estudiado"

Otros alumnos

"Cambio de mentalidad de los alumnos, que se conseguiría cambiando la manera de estudiar y fomentando la importancia que tienen los estudios para uno mismo, sin pensar que sólo sirven para cumplir con tus obligaciones"

"Dar más protagonismo al estudiante; menos convencional y más dinámico, más participativo"

"La motivación en el profesorado y, en muchos casos, también en el alumnado"

Exámenes y alternativas

"Abolición del sistema de exámenes (y si fuese necesario un sistema de calificación, buscar alternativas)"
"Se le da demasiada importancia a los exámenes, cuando en realidad como realmente se aprende es haciendo trabajos"
"Enfocar las clases, la enseñanza de la asignatura de otra manera. No sólo con exámenes. Grupos más reducidos para poder trabajar y conocerse mejor. Así el profesor te conocerá no sólo por un par de exámenes"

Un sistema más abierto al mercado

"La solución sería un sistema más abierto al exterior, con contactos con el mundo laboral y que se animara más a la participación de los alumnos"
"La forma de mejorar es aumentar las prácticas, trabajar durante un tiempo en la Administración, observar como se trabaja en ella"
"Cursos de orientación al trabajo". "Una preparación más practica, que nos sea de utilidad en el futuro"

En resumen

"Volver a conocimientos más generales. Un periodo de prácticas obligatorio. Mejorar la capacidad pedagógica del profesorado. Hacer más evaluaciones o suprimirlas por trabajos verdaderamente prácticos"

"Mayor objetividad en los profesores y también una forma más cercana de transmitir conocimientos, es decir, eliminar la barrera profesor-alumno"

"Creo que el nivel de exigencia en la Universidad debería ser más alto"

1 comentario:

Josué dijo...

Gracias Roberto por este exquisito trabajo de síntesis. De verdad, en mi opinión, es un fantástico resumen (me ha encantado).

A mí también me gustaría añadir mi experiencia personal, lo que le está ocurriendo a un alumno llamado Josué: Este curso empezaré tercero de Derecho y tras dos años, "los golpes", me han "ayudado" a cambiar mis prioridades. Veamos:

Empezé con el único objetivo de "aprender" [cómo funciona éste país en materia de leyes y demás...] quería conocer, investigar, entender, aprender... Por desgracia todo eso "parece" que lo estoy relegado a un segundo plano para, simplemente, querer "aprobar".

Nunca he sido un excelente estudiante principalmente porque tengo problemas de "memorización" ( y tal vez por ello deba perder credibilidad mi “voz”, lo reconozco)... Sea como fuere quiero manifestar que, al igual que otras opiniones similares, también creo en la “injusticia” del sistema.

El hecho, comprobado en mi caso, es que cuando se trata de exámenes de “explicar o exponer” ( por no decir “repetir sin modificar una coma” y "vomitándolo de la memoria" [se me perdone la expresión] ) aquello que el profesor “dictó” durante el curso (obviamente clases-monólogo dadas en las mismas palabras que años precedentes [verdad fácilmente demostrable si se tienen las manuscritos de algún gentil alumno repetidor delante]), y comparándolo con los exámenes tipo “test”… mis calificaciones se disparan abismalmente en el test (cuando la media general no sube); y esto es cierto (y me cuesta creer que sea coincidencia).

Es por eso que yo también creo en la injusticia del sistema… a demás de estar a favor de los test no solo por que me beneficie ni porque exista más objetividad en la corrección… sino porque evita el “memorizar”. Llegados a este punto quiero preguntar: ¿se sale mejor preparado con una buena memoria “explosiva”? La respuesta: Yo creo que no!, si bien es cierto que si se tiene mejor que mejor. Motivaré mi respuesta:

Durante el bachillerato hubo quien sacó notas muy buenas “gracias” a lo que yo denomino “estudiar-empollar” mucho. Cuando llegó el día de ver las notas de selectividad, la verdad salió a la luz… el resultado fue que muchos de aquellos que habían sacado tan buenas notas se quedaron con “aprobados justitos” (recordemos es un 4/10 en la “sele”) y en cambio otros muchos que iban trampeando “los superaron” (si bien al hacer media “nota bachillerato*60% + sele40%” eso no quedó suficientemente bien plasmado en la “nota de acceso a la universidad”). Claro un trimestre de una materia se puede memorizar... pero dos años enteros de bachillerato ya es demasiado.

La clave está en saber si estamos preparados para definir “qué clase de alumnos” se pretende tener. En una ocasión un profesor comentó algo parecido a que ººcómo puede ser que entre los funcionarios haya un gran número de ellos que “no sirvan para nada”ºº (se me perdone la expresión) y la respuesta creo requiere de otra pregunta: ¿Verdaderamente el actual sistema por “méritos” o “mejor nota” evalúa correctamente las aptitudes y capacidades de una persona en su conjunto? ¿Qué buscamos personas que sepan estarse muchas horas memorizando para repetir lo que tienen en la cabeza el día del examen o buscamos otro tipo de profesionales? Lo mismo creo, pues, pasa en el sistema de evaluación de los alumnos.

Pues bien, todo esto lo digo para mostrar mi [denuncia o] rechazo a lo que yo comparto y creo (junto con otros) que son métodos de enseñanza arcaicos, pensados para “memorizar” y no razonar ni pensar (y aun menos discrepar), sin utilidad práctica, sin participación, sin premitir la libre formación de criterios propios, en definitiva… desmotivadores, perjudiciales, que no dan pie para la innovación. Y, pese al método Bolonia, esto no parece estar mejorándose. Como consuelo siempre tendremos el saber que no todos los profesores conciben el arte de “enseñar” de esta manera monologuística-memorística.